El «Dea Rocker» viene de una canción de Syd Barrett que se llama Dolly Rocker. Dea, porque cuando era pequeña me hacía llamar Dea en vez de Andrea. Y Rocker, porque me gusta la música. Siempre me atrajo la fotografía. Cuando era joven iba a todas partes con una cámara para inmortalizar los momentos. Recién por ahí por el 2016, empecé a tomarla más en serio. Fue un psiquiatra, en el contexto de mi estrés laboral, que me dijo: «Intenta aprender alguna técnica». Entonces me hice de una reflex y comencé a hacer mis primeros cursos. Nunca he dejado de hacer cursos y sé que los voy a seguir haciendo. También me gusta comprar libros de fotógrafos, porque son una tremenda escuela para el aprendizaje. Para mí, la fotografía, más que un pasatiempos, es una terapia. Además, me abrió el mundo a nuevas experiencias y personas sumamente interesantes. Lo único que aún me falta explicar es: ¿por qué fotografío lo que fotografío? (Válgame el pleonasmo).